viernes, 31 de octubre de 2008

Torrent de Mortitx


El pasado sábado 27 de septiembre tuvo lugar entre Pollensa y Lluc una nueva aventura de "de la Mallorca Extrema" antes de "Sa Travessa"; pero en esta ocasión, protagonizada sólo por uno de sus componentes, que para no encontrarse solo ante el peligro y riesgo que suponía el imponente descenso de tan temido barranco (es que con ese nombre da miedo, no???) y dado que no pudo contar con el apoyo del resto de aventureros del equipo, por motivos que no viene al caso explicar; reunió a dos nuevas colaboradoras del grupo y un experto guía de la imponente Sierra de Tramuntana, para que le acompañaran en este reto extremo.




La aventura dió comienzo a una hora que no hace honor al concepto de Pachorra acuñado por el equipo. El recorrido, que constaría de tres fases, empezó con el trayecto en coche que aprovecharíamos para descansar y prepararnos mentalmente para lo que nos esperaría en la montaña. La ruta consta de dos partes: la parte de aproximación al torrente, que es una excursión descendiendo por la montaña, por caminos escondidos entre matas y "carritx" que hacen difícil encontrarlo, y cuya duración aproximada es de entre 1 hora y hora y media; y la parte del descenso del torrente en si, el cual tiene un desnivel de 90m. y un recorrido total de 500m. Durante el descenso nos encontramos con numerosos toboganes y saltos a las pozas llenas de agua que se acumula con las lluvias propias de esta época; para llegar al mar que es la que se podria considerar la última poza. Este detalle es importante tenerlo en cuenta, ya que hay pocos torrentes en Europa que tengan como última poza el mar, y nosotro podemos decir que en nuestra pequeña isla contamos con dos de ellos, el de "Mortitx", que es el que en este caso nos interesa y el de "Na Mora"; que si el mar está en calma nos permiten disfrutar de un bañito en agua salada.

Al llegar al punto de partida aprcamos el coche, y empezamos a preparar el material que nos sería necesario para poder llevar a cabo la hazaña de manera segura. Así que cada uno cogió su mochila de barranco, y la rellenó con el material. Para este torrente en concreto hace falta:

  • traje de nepreno para barranco
  • casco
  • mosquetones
  • un ocho
  • baga de anclaje doble
  • guantes
  • bote estanco para llevar algo de comida y lo que no se pueda mojar
  • 2 cuerdas de 20m.

Además cogimos algo de comida como chocolate con galletas y unos bocatas para ir picando durante el camino, y agua, muy importante para hidratarnos bien y no sufrir ningún percance en cuanto a deshidratación o mareos provocados por el esfurzo. Estos pequeños detalles son importantes para el equipo de "de la Mallorca Extrema", ya que tan importante son para ellos las sensaciones extremas como la seguridad en todas sus aventuras; y más cuando la hazaña supone un gran esfuerzo como es remontar el torrente. Y que en este caso si se va a remontar será necesario el siguinete material:

  • crol de pecho
  • cinta para el crol
  • puño
  • pedalina
  • y además de las 2 cuerdas de 20m. otras 7 de 10m. (aunque si no se quiere llevar tanta cuerda, en los toboganes casi siempre hay cuerdas puestas, más o menos en buenas condiciones)

Una vez listos para salir, cargamos las mochilas a la espalda y partimos por el camino que nos llevaría hacia el desafío. La excursión comenzó con algo fácil, el camino de tierra que se dirige hacia el Celler y Viñas de Mortitx; esta podría ser la recompensa para los aventureros que deciden remontar el torrente y acabarlo donde empiezan (un buen vasito de vino para entrar en calor y relajar los músculos). Una vez pasado ese camino, nos adentramos en la maleza, en un camino lleno de matas, carritx y esparragueras que nos dejo recuerdos en brazos y piernas. Por este camino, que teníamos que ir deduciendo entre plantas y piedras, que además estaba lleno de barro; nos fuimos abriendo camino, el cual se iba complicando cada vez más ya que tuvimos que pasar por dificiles pasos por las paredes del principio del torrente (pero en la zona de acceso) arriesgandonos a darnos un chapuzón antes de hora. Y tras dos horas de caminata llegamos al inicio de la zona deportiva del torrente. Pero antes de empezar a prepararnos para el descenso, teníamos que reponer fuerza para lo que nos esperaba, así que merendamos unos bocatas y unas galletitas con chocolate. Tras la merendola, nos enfundamos en los sexys trajes de neopreno que se supone nos protegerían de las frías aguas en las que nos sumergeriamos una y otra vez. Y para empezar bien despejaditos, un saltito de 5m. a la primera poza con fondo verdecino y de "cristalina" agua, y tras el primer salto un pequeño tobogan a la segunda poza; y así proseguimos de poza en poza saltando y deslizandonos por los toboganes que cada vez eran más altos, pero más emocionantes que cualquiera de los que nos podemos encontrar en cualquier parque acuático y además donde se puede disfrutar de unas vistas increíbles, de las paredes cortadas del cañón que encierra en su garganta el torrente de Mortitx. Paredes llenas de higueras y plantas que sin saber como crecen entre las rocas, pero dan lugar a un mágico paisaje que se puede contemplar nadando boca arriba por el cauce del torrente.





Y así, un tobogan tras otro, a cada cual más resbaladizo que los hacía muy divertidos en el descenso, pero interminables en el remonte; nos deslizamos por toboganes de entre 3 y 5 metros que dependiendo de las características de la poza que se encontraba al final (de las rocas que hubiera en ella y del nivel del agua) pudimos saltarlos. Rapelamos aquellos de más altura que hacían díficil bajarlos por el tobogan o saltarlos, dado que al fondo había rocas que sobresalían o simplemente eran demasiado altos como para poder hacerlo de forma segura, vease el "Gran Salt". En la mayoría de ellos nos encontramos con cuerdas ya puestas, que se supone están siempre allí, unas en mejor estado que otras, pero que nos aguantaron y nos sirvieron de apoyo en algún momento. Además en alguna ocasión nos encontramos con algún paso en el que tuvimos que descender por dentro de un pequeño "túnel" formado por rocas caídas que encajadas unas con otras han dado lugar a ese húmedo hueco por el que corre constantemente el agua la cual da formas redondas a las rocas y las hace más resbaladizas, ya que por la humedad quedan cubiertas de verdín, y es en esos momentos cuando te das cuenta de una de las utilidades del traje de neopreno, ya que si te apoyas en las rocas con él, no resbalas!!!





Tras el emocinante descenso que nos llevo 1,5 horas más o menos, llegamos por fin a la última poza, el mar, a la que no pudimos saltar ya que el ascenso es dificil si no dispones de cuerda para poder salir, y como principal motivo, que el mar pegaba fuerte y los choques contra las rocas estaban asegurados. Al llegar, disfrutamos de la vista y nos hicimos las fotos de rigor. Descansamos un rato y repusimos fuerzas con el chocolate y bebimos algo de agua (es muy importante estar bien hidratados y el azúcar, para evitar desmayos o cualquier otra cosa).

Después del descanso y antes de que se nos enfriasen los músculos, decidimos reemprender la marcha, más dura que el descenso, ya que ahora tocaba subir todo lo que habíamos bajado, y que aunque en metros igual no sea mucho, el ir con los trajes mojados, el frío, el cansancio que ya se empezaba a notar, se hace más complicado de lo que pueda parecer en un principio. Bien, pues empezamos a remontar por las cuerdas que había puestas y las que nosotros habíamos dejado colocadas. Este ascenso estuvo lleno de grandes momentos, así tuvo sus momentos divertidos, cuando Jose me ayudaba a subir, tirando de mi, por una pared resbaladiza, y que justo en el momento de más esfuerzo y concentración me hizo reir, por lo que perdi las pocas fuerzas que me quedaban y me hizo quedar en una posición que vista desde la perspectiva de los que venían detrás era bastante graciosa; también hubo el momento erótico cuando Jose y Javi subían por las cuerdas con sus aparatos de remonte, ya que para ascender por la cuerda con ellos tenían que impulsarse con la cadera haciendo un movimiento sensual; y el momento más cómodo (para las chicas) cuando nos subieron con un sistema de poleas muy ingenioso, en los tramos que tendríamos que haber remontado nosotras por las cuerdas, lo cual hizo la subida más rápida y nos cansamos menos. Pero el torrente no acababa en la primera poza en la que habíamos saltado, sino que aún nos quedaba el ascenso por el camino de acceso.


Una vez que salimos del agua, nos quitamos los trajes, nos secamos, nos pusimos ropa seca y comimos algo. Recojimos los trajes y todo el material y lo metimos en las mochilas y nos las cargamos a la espalda, para poder proseguir el camino hacia el coche. La subida parecía no acabar nunca, cuando pensabamos haber lleagado, descubriamos que el camino aún seguía hacia arriba por la montaña; pero tras casi 3 horas de subida encontramos el final del camino y salimos al que nos conducía a las viñas y tras estas al coche, donde podríamos disfrutar del viaje de vuelta a casa y del merecido descanso, y saborear las galletas de chocolate que nos supieron a gloria en ese momento.

Al llegar a casa y tras la merecida ducha, el descanso de los barranquistas...

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