martes, 23 de septiembre de 2008

Tormentas de la mallorca extrema

A menos de una semana de emprender dicha travesía, el tiempo climatológico no es el más idóneo. Ayer diluvió por momentos con gran intensidad, relampageó en alguna ocasión y tronó en menor medida...poco más. Pero ya me bastó para recordar que la semana que viene estaremos entre matorros, pinos y alzinas; y con un chubasquero como único atuendo impermeable.

Pero vayamos a lo que quiero trasmitir... las tormentas impredecibles de septiembre, las tormentas de la mallorca extrema.

Mis recuerdos de la infancia en tiempos de tempestad no me son gratos. Recuerdos de tormentas vienen a mi mente; truenos que veíamos caer y que partían pinos, robles y almeces, concretamente 'es lladonè', nuestro almez. Tormentas cuyos rayos, raudos y destellantes, eran acompañados por rugidos de la madre naturaleza al son del compás. Truenos, que en ventanas abiertas, entran y salen de la casa por las corrientes de aire, como si de los dueños se trataran.

Pues eso nos ocurrió, la tormenta nos pilló justo cuando volvíamos de coger caracoles. Había parado de llover, y como buenos caracoleros, ya casí de noche volvíamos con nuestras botas y linternas del torrent de sant jordi (pasa por cerca de casa) con un buen puñado de ellos. Tal como empezó a llover, ya diluviaba y corríamos a la casa, y mientras unos cerraban ventanas otros encendían velas en cada habitación. Los relampagos se sucedían, y tras cada uno de ellos, con unos segundos de retraso, un trueno mama tierra soltaba, todo según lo normal... cuando de pronto, un relampagó-trueno (de esos que no te dan tiempo de contar los segundos que transcurren) cayó encima nuestro. El sonido de la naturaleza fue ensordecedor, la casa quedó iluminada por un instante como si del flash de una camara nos retratara, Todos estabamos desperdigados en la casa, y en un abrir y cerrar de ojos, estabamos toda la familia en el mismo metro cuadrado (abuelos, tios, padres, hermanos, primos, el menda y la perra). Todo se tranquilizó y fuímos a la cocina (que era de donde nos pareció que había entrado) y estaban todos los tetrabriks de leche explotados y la leche derramada en el suelo de la cocina...


Pues sí, las tormentas en ciudad no asustan, pero tormentas en el campo y en la sierra SÍ imponen, a mí sí.

Nos vemos en la sierra!

3 comentarios:

Jose dijo...

Grandioso Joaqui, de cada vez me gustan mas tus articulos. El troueno de mama tierra lo tendrias que haber llamado. Estas muy inspirado a mi me cuesta mas.

Un super beso

Simón dijo...

Me parece que te has equivocado de carrera Xim.....

Simón dijo...

Y que escursión teneis pensado hacer????